La estructura osteoligamentaria de la columna vertebral tiene la función de ser elemento de implantación y sostén de las extremidades, soporte y motilidad del tronco, sitio de inserción de estructuras musculares, y principalmente formar un estuche que protege la médula espinal y sus cubiertas meníngeas. Conformando con esta última una correcta relación continente (osteoligamentario) – contenido (médula y meninges).
Una solución de continuidad del periostio puede ser ocasionada por distintos motivos como: trauma (este punto será analizado en este capítulo); herida de arma de fuego, son lesiones que tienen un bajo impacto en la estabilidad mecánica, pero comprometer severamente las partes blandas y las estructuras nerviosas; fragilidad ósea asociada a patologías metabólicas (osteoporosis, Paget), reumatológicas (espondilitis anquilosante); o destrucción (tumores líticos o infecciones).
Cada vez que la acción de una noxa traumática altere la estructura del continente, podrá producir una fractura si la lesión es exclusivamente ósea y con daño del periostio; una luxación si la injuria afecta sólo las estructuras ligamentarias y provoca un desplazamiento; y una fractura luxación si la lesión es de ambas estructuras con pérdida de la alineación normal.
El compromiso traumático del contenido provoca una lesión medular (Ver cap. 18). Entre un 20 % y 57 % las lesiones vertebrales se asocian con otras extra vertebrales y conforman el cuadro de politraumatismo, (Ver cap. 12), todo entidad que no cumpla con la definición debe ser considerado como traumatismo múltiple.