El artículo explora y reformula el concepto de bimusicalidad en la etnomusicología, centrándose en su relevancia para el estudio de culturas audio-orientadas, presentando como estudio de caso las experiencias del autor con la población garífuna de Livingston, Guatemala. A través de un relato etnográfico y de una revisión bibliográfica sobre los principales marcos teóricos en los que se genera esta práctica metodológica, propone una reformulación de la bimusicalidad, considerando que no solo implica la capacidad técnica de tocar instrumentos, analizar y/o comprender el lenguaje musical nativo, sino que requiere un entendimiento profundo del complejo entramado de significaciones culturales en el que se inserta la música. El texto sugiere abordar el campo mediante la observación-escucha participante de musicalidades culturalmente diferenciadas, subrayando la importancia de la experiencia directa para acceder al conocimiento cultural de una comunidad. Combinando conceptos de la antropología interpretativa y la lógica nativa, también propone el concepto del áfurugu como una forma de integrar la memoria, la emoción y la música en la narrativa etnográfica. El artículo aboga por una metodología que fomente un conocimiento musical experiencial e intersubjetivo, capaz de superar las limitaciones de la observación pasiva y la transcripción descontextualizada.