El mundo atraviesa un periodo de transición histórica y de nacimiento de una nueva multipolaridad, la Inteligencia Artificial (IA) condiciona los modos y los tiempos de esta transición, así como el devenir en sí mismo. Nos encontramos frente a una bipolaridad tecnológica entre Estados Unidos y China, únicos dos países que han logrado constituir ecosistemas tecnológicos estructurando toda la cadena de valor de las tecnologías.
China irrumpe en el concierto internacional con una capacidad económica y comercial para reconfigurar las relaciones de poder internacionales y lo realiza bajo otros parámetros éticos que el modelo anglosajón. Su propuesta se basa en novedosas concepciones como las del “ganar - ganar” y la “prosperidad común”, situación que genera condiciones para la emergencia y el desarrollo de otras propuestas pertenecientes al Sur Global.
Dar cuenta del estado de las posiciones y debates actuales en torno de la gobernanza de la Inteligencia Artificial, en específico del aspecto ético será el objetivo del presente ensayo para aportar a una lectura geopolítica de la tecnología que permita transformar el lugar de neutralidad y de fetiche en que la ideología tecnolibertaria anglosajona intenta ubicarla.