El acontecimiento teatral, como discurso estético-plástico, ha mantenido siempre una relación íntima con el contexto en el cual se desarrolla, es decir, nunca se ha mantenido ajeno a los cambios sociales operados en cada época. Sin embargo, el teatro no halla su explicación última como emergente causal de conflictos sociales asociados a mega procesos históricos. Tampoco el virtuosismo personal y la calidad artística de sus representantes alcanzan para explicar cómo se construye y produce el sentido del texto espectacular ni porqué a lo largo de la historia el teatro se ha mantenido como una de las manifestaciones más complejas e importantes en la experiencia colectiva humana