La potencia del CMI (Cuadro de Mando Integral) para el planeamiento y control de empresas esta fundada, en el conocimiento compartido de circunstancias, factores, limitaciones, objetivos y relaciones causa efecto en la aplicación de una estrategia. Las decisiones que esta herramienta facilita serán tanto más apropiadas cuanto más comprendidos sean sus fundamentos y alternativas.
Estas decisiones son las que tienen un interés particular en nuestro caso ya que podemos considerar a la estrategia como (Byrnes, 78; Mintzberg, 93):
1. Plan 2. Pauta de acción 3. Patrón de comportamiento 4. Posición 5. Perspectiva Dado que la estrategia servirá para decidir planes tácticos y establecer acciones consistentes, es de singular interés su cabal comprensión, alineamiento y participación de los responsables de realizarla. (Steiner, 97; Davenport, 97) Esta participación y comprensión requieren de un “entorno de conocimiento integrado” (Tissen, 00) para elaborar y aplicar las estrategias elegidas.
Los conocimientos compartidos cambiarán al transcurrir los acontecimientos, y su interpretación será según los intereses y habilidades interpretativas de quien los analiza. La aplicación generará un nuevo conocimiento, utilizando un circuito de permanente retroalimentación entre la innovación y sus usos el cual constituye uno de los objetivos fundamentales de las TICs.