En la actualidad existe una tendencia en el mundo en el campo de la Educación Especial, que está relacionada con la necesidad de educar a los niños en el contexto de su medio más cercano, hasta en el caso de las necesidades educativas especiales más complejas, donde la comprensión pedagógica, humanista y optimista de esta enseñanza en Cuba en la última década, ha permitido extender la atención a los alumnos desde su particularidad hacia la diversidad. En nuestros centros educacionales especiales encontramos niños sordociegos que luchan por aprender a entrar en un mundo lleno de formas, colores y sonidos, mundo de sentimientos y valores, mundo tan cercano y a la vez tan desconocido por ellos, porque los cuales por diversas causas presentan severas alteraciones en la visión y en la audición, donde al estar afectados al unísono estos dos analizadores provocan trastornos en la comunicación, interacción emocional, intelectual y física con el entorno.
En relación con esta patología las investigaciones se han centrado en el trabajo con la familia, en la capacitación de los docentes, en la atención médica y el diagnóstico, no estando dirigidas hacia la integración social del sordociego, una de sus mayores problemáticas.
Lo anterior expuesto nos indica a diseñar desde la ciencia una didáctica especial diferenciada con un carácter más humanista, integrador y desarrollador; en la cual se consideren las diferencias que existen entre ellos, propiciándoles los medios y recursos para potenciar el máximo desarrollo para su integración social.