En un par de trabajos, Hammerly Dupuy (1947; 1952) ha intentado rebatir, fundamentalmente sobre argumentos etnohistóricos -plus observaciones directas-, la interpretación clásica en cuanto al carácter y dispersión de los alacalufes. No hace mucho Llarás Samitier (1967) dio a luz un trabajo en el que adopta idéntica posición revisionista. Según se aprecia a través del texto y de la advertencia de Imbelloni en aquel del primero de los nombrados (1952), ni el uno ni el otro alcanzaron a incluir la publicación fundamental del etnógrafo Emperaire (1963), quien frecuentó alacalufes (para él tales) durante casi dos años consecutivos.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)