La producción sustentable de biodiesel requiere la optimización del consumo de agua.
Este es un factor clave que debe tenerse en cuenta en la etapa de diseño y en la operación de las plantas.
El impacto ambiental y la calidad del producto final dependen críticamente del correcto diseño del proceso de purificación y del control del mismo durante la producción. En plantas pequeñas y medianas el consumo de agua empleado respecto al volumen de biocombustible a purificar llega al 100% o 150%; la proporción cae al 35% en instalaciones grandes, en que se recupera la mayor parte del agua. Los efluentes de la producción de biodiesel consisten principalmente en el agua de lavado, que contiene cantidades variables de alcohol y catalizador. En consecuencia, un tratamiento deficiente de los efluentes involucra riesgos ambientales debidos a la contaminación de aguas subterráneas y superficiales, y sistemas de desagüe.
En este trabajo se analiza la optimización del uso de agua en la producción de biodiesel, en particular durante la etapa de purificación. Se miden las propiedades eléctricas de los efluentes (permitividad, conductividad y factor de disipación), como función de la frecuencia y la temperatura. La reducción progresiva de los valores medidos constituye una indicación de la remoción del alcohol y los restos de catalizador del producto en las sucesivas etapas de lavado. Esto permite controlar el grado de avance del proceso y verificar su finalización. La purificación se considera adecuada cuando los valores medidos en los efluentes de la última etapa de lavado son cercanos a los del agua limpia empleada. Asimismo, los apartamientos respecto de los valores óptimos de los parámetros se detectan por comparación con valores de referencia. A diferencia de otras técnicas (cromatografía, espectrofotometría, etc.), las mediciones de propiedades eléctricas son rápidas, eficientes y económicas, y se adaptan bien a los sistemas de control automático