La obra de Jean Bollack se opone a la crítica y teoría literarias entendidas desde la autonomía de la lengua, en las que el lenguaje precede a la subjetividad y determina el decir. Toda responsabilidad autoral queda anulada. La crítica de Bollack reivindica la decisión autoral y la posibilidad de un sentido singular. Descifra a Paul Celan, quien ha leído su pertenencia poética y la ha hallado responsable del exterminio de los judíos, a lo que opone una obra que contradice y reescribe esos textos desde la estética, en estrecha relación con la política y la ética.