En el período de emergencia de la literatura nacional se encuentran ciertos textos, de carácter autobiográfico, que han sido abordados, principalmente, como fuentes historiográficas, y en las que se han relevado las costumbres, sociabilidad, construcción del estado, etc., de ese momento. El hombre común, testigo de grandes transformaciones en su tiempo, se preocupa por registrar los sucesos excepcionales para generaciones posteriores (Prieto 1982; Jitrik 1998; Weintraub 1991). En este sentido, las conocidas –pero poco estudiadas- Memorias curiosas de Juan Manuel Beruti, -que enumera los hechos principales que van de 1717 a 1855 en la ciudad de Buenos Aires- inician como una sucinta enumeración de los sucesos administrativos y políticos, pero pronto empieza a ganar terreno la figura del nombre propio, del escritor y, principalmente, la ficción a partir de la narración de los sucesos de 1806. En función de este desplazamiento se analizará el relato seleccionado, intentando abordarlo en tanto texto literario y leer en él, a contrapelo, como quería Benjamin, las huellas que manifiestan la configuración de una subjetividad y de los cambios de percepción de su sujeto textual respecto de los acontecimientos políticos y culturales que en su narrativa se registran.