En diversas condiciones, la medición de hierro sérico es fundamental para estudiar el “estado del hierro del paciente”. Este estudio comprende una serie de determinaciones básicas que permite conocer, en primera instancia, si el paciente presenta un déficit o un exceso de este analito. La carencia de hierro es la deficiencia nutricional de mayor prevalencia en todo el mundo, y su evaluación temprana, especialmente en niños y embarazadas, evita retrasos en el desarrollo intelectual del recién nacido como también riesgos en el momento del parto; la anemia producida por esta deficiencia puede a su vez afectar el sistema inmunitario, la capacidad de trabajo muscular y originar trastornos cognitivos. Por otra parte, la sobrecarga de hierro comúnmente conocida como hemocromatosis es una patología cuyos síntomas iniciales son inespecíficos, pues incluyen fatiga, artralgias, disfunción eréctil e incremento paulatino de la pigmentación de la piel. El diagnóstico bioquímico precoz definido en términos fenotípicos muestra las alteraciones genéticas que permiten clasificarla, y su seguimiento y control por el laboratorio clínico puede realizarse por los parámetros básicos del estado del hierro, que comprende la medición de: hemograma completo, ferremia, capacidad total de fijación de hierro (CTFH), transferrina y saturación de transferrina. Habiendo descripto la relevancia de las alteraciones fisiopatológicas del metabolismo del hierro, el objetivo general de este trabajo, fue examinar el comportamiento de los métodos utilizados en equipos comerciales de reactivos en uso en nuestro medio, que miden hierro sérico directamente por métodos manuales y automatizados, en relación al método recomendado (MR) por el estándar H17-A del Clinical and Laboratory Standards Institute (CLSI), que utiliza desproteinización previa a la colorimetría y transferir las recomendaciones surgidas de este estudio a la red de laboratorios públicos y privados, para el mejoramiento de la calidad analítica de la determinación de ferremia. Es conocido que la precisión y la exactitud de los métodos de rutina para la determinación de hierro son bajas, debido no solo a errores técnicos sino a la elevada variabilidad biológica del analito entre individuos.