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La alergia a las proteínas que contiene la leche de vaca (LV) es la alergia alimentaria más frecuente en nuestro país, y en muchas regiones del mundo, y se presenta principalmente en niños menores de 3 años (6 á 8%). La alergia puede presentarse desde los primeros meses de vida debido a la exposición temprana a las proteínas de leche de vaca, y se estima que en el 80-90% de los pacientes aproximadamente se inducen los mecanismos de tolerancia específica a partir de los 3 a 6 años de vida que permiten un adecuado control inmunológico de estos alergenos en la mucosa gastrointestinal. Para su tratamiento la primera elección terapéutica es la dieta de supresión, evitando toda estimulación antigénica. Sin embargo, en lactantes significa una tarea muy difícil y debe reemplazarse por un sustituto lácteo, que generalmente son hidrolizados extensivos de las proteínas de LV. Un sustituto alternativo frecuentemente empleado en nuestro medio son las fórmulas a base de proteínas de soja. Aunque suelen ser tolerados por la mayoría de los pacientes la literatura internacional describe que un 15-40% de los pacientes alérgicos a las proteínas de LV no toleran las proteínas de soja, aún cuando no han sido previamente expuestos a la soja. Nuestro grupo ha descripto la existencia de reactividad cruzada entre las proteínas de LV y de soja lo cual permite explicar la intolerancia descripta (Rozenfeld et al.2002; R Curciarello et al. 2008; Smaldini et al. 2011). Otra dificultad que el médico debe considerar con la familia del chico alérgico, y no es menor, es el hecho que las proteínas de la leche (y de la soja) son frecuentemente utilizadas por la industria alimenticia como suplemento por sus propiedades funcionales. Esto determina que la educación del paciente y su entorno en cuanto a qué alimentos pueden comer y cuáles no es un punto fundamental en el tratamiento. Inclusive estas proteínas también pueden presentarse como alergenos ocultos no declarados por el fabricante, o como contaminantes de un alimento. A partir de estas observaciones, en este trabajo se decidió optimizar un modelo murino de alergia a proteínas de leche bovina, previamente desarrollado por el grupo, para su posterior empleo como herramienta in vivo para distintos tipos de estudios. En este trabajo de tesis, el mismo se ha empleado para evaluar potenciales estrategias terapéuticas basadas en la inmunomodulación. De esta manera hemos logrado re-direccionar el sistema inmune, o la respuesta inmune Th2-dependiente específica de alergenos de la leche bovina administrando por mucosas proteínas de membrana de Brucella abortus, bacterias muertas del género Actinomycetales, y proteínas de leche de vaca o de soja. En los 3 casos los mecanismos inmunológicos inducidos son diferentes, pero tienen en común que cuando el animal alérgico y tratado es expuesto a proteína de leche bovina por vía oral, los síntomas inducidos son más suaves en comparación con un ratón alérgico no tratado. Estos resultados son alentadores para el desarrollo de futuras terapias inmunomodulatorias a aplicar en pacientes con alergia alimentaria explotando la posible modulación de la inmunidad sistémica a través de la manipulación del sistema inmune asociado a mucosas, y de la interconexión que existe entre las mismas. Es importante resaltar que en un individuo no alérgico la tolerancia oral es el proceso que evita la instauración de mecanismos de hipersensibilidad frente a la exposición a antígenos de la dieta y de la flora comensal en la mucosa gastrointestinal. En individuos alérgicos, y por razones aún no completamente dilucidadas, fallas en los mecanismos de tolerancia a los alergenos que ingresan por la vía oral determinan una activación aberrante del sistema inmune local y sistémico, y la consiguiente instauración de un proceso inflamatorio en la mucosa. Hay trabajos que demuestran que el balance tolerancia vs activación en estos pacientes no funciona adecuadamente (Sicherer y Sampson 2006; J. Wang y Sampson 2011) y los estudios aquí planteados podrían ser la base experimental para el desarrollo de futuras terapias preventivas o correctivas.