Los componentes del orden de arácnidos Opilionida u Opiliones, de tan bizarro aspecto, son, salvo alguna aislada excepción, estenoicos y estenótopos, o sea que viven en áreas relativamente reducida de la superficie terrestre y en biótopos de un tipo determinado, casi siempre en un tipo dado de unidad o residencia ambiental. Siendo además animales incapaces de desplazarse rápidamente en un tiempo corto, lucífugos e higrófilos, los factores ecológicos juegan papel de barrera eficaz. Todo esto explica que los opiliones tienen un gran valor biogeográfico, como lo entendió Cándido F. de Mello Leitao, y lo reconocen los Goodnight (1953).