El período comprendido entre la segunda mitad de la década del cincuenta y el transcurso de los sesenta fue el momento durante el cual se inició y consolidó lo que llamo el proyecto editorial de los sesenta, o mejor dicho, el proyecto cultural emprendido por algunos sellos editoriales que pautaron aquel tiempo. En lo que tiene que ver con el Uruguay de aquel entonces, observando la situación nacional dentro del entramado mundial que la contenía, una vez que la coyuntura económica generada por la Segunda guerra mundial llega a su fin se interrumpe el flujo de capitales hacia el Uruguay y la crisis que venía gestándose subterráneamente comenzó a hacerse inocultable (Cultelli y Galán 2003). Este es el escenario previo al surgimiento de lo que algunos autores como Carlos Maggi y Ángel Rama llamaron el “boom” editorial de los sesenta, que para el caso del Uruguay fue un fenómeno eminentemente montevideano que comenzó a perfilarse ya a fines de la década de los cincuenta.