Como género editorial, los almanaques nacieron al mismo tiempo que la imprenta de Gutenberg y su evolución está ligada a la del impreso en Occidente a partir del siglo XV. El primer almanaque impreso lleva por título Eine Mahnung der Christenheit wider die Türken (“Una admonición de la Cristiandad contra los turcos”), y termina con la frase Eyn gut selig nuwe Jar (“Un buen año Nuevo”); se conserva en la biblioteca de Múnich y es de 1455. Probablemente fue impreso en los talleres de Johannes Gutenberg en Maguncia.