Si es cierto, como sostienen Gérard Genette y Jean-Marie Schaeffer, que el estatuto lógico de una obra se define a partir de una pragmática del discurso –es ficción lo que el contexto y el horizonte de expectativa definen como tal–, puede entonces decirse que la forma en que ciertos autores franceses son editados en la Argentina de la década del 40 desplaza la naturaleza ficcional y canónica de las obras en beneficio de una lectura utilitaria, didáctica y factual.