La publicación de la Histoire de l’édition française, aparecida en cuatro volúmenes entre 1983 y 1986 (Martin, Chartier y Vivet 1983-1986), parece haber funcionado como un disparador para los investigadores de todo el mundo que, después de este libro, comenzaron a escribir historias nacionales del libro y la edición. Esto revela claramente hasta qué punto la delimitación de los espacios llamados «nacionales» plantea múltiples problemas, que no pueden tratarse livianamente dado que el libro, el periódico y, en general, los impresos no han respetado mucho las fronteras y han ido más allá de sus marcos espaciales.