Algunos claros principios rectores han ido orientando mi actividad académica:
I) El primero se refiere a un enfoque amplio del concepto de desarrollo que debe contemplar no sólo la satisfacción de necesidades materiales sino también de tipo cultural, persiguiendo objetivos educacionales compatibles con una mayor armonía social y una mayor libertad creativa.
II) El segundo principio rector debe ser, a mi criterio, la defensa de los objetivos históricos de la Universidad: el carácter universal de la cultura, la libertad de enseñanza, el compromiso con la civilización.
En esta conferencia quiero explicar, aunque sea en forma anecdótica, para no ocupar demasiado tiempo, cómo a lo largo de mi carrera profesional se han ido afirmando estos principios rectores y cuál ha sido el beneficio y el costo de su aplicación práctica.