Vulgarmente, el análisis cualitativo se identifica con dispositivos técnicos para recabar información que difieren de otros llamados cuantitativos. En esta ponencia sostengo, en cambio, que la diferencia radica más en un asunto de naturaleza teórica que técnica. Me refiero a una manera específica de encarar el mundo empírico mediante estrategias analíticas que permitan observar y analizar los hechos sociales sin perder de vista el cimiento básico de la vida social.1 El punto de partida es la premisa sociológica de que la realidad social es un ente que no tiene sentido propio fuera del que le dan los sujetos que la producen y reproducen. La profundidad teórica que encierra esta premisa sugiere que los fenómenos sociales han de ser concebidos como entrecruzamiento de acciones realizadas por individuos que comparten determinados contextos históricos, sociales, económicos, políticos y culturales y los perciben, valoran, representan y significan desde posiciones sociales y puntos de vista diferentes.