Los acontecimientos revolucionarios de 1848 fueron decisivos en los desarrollos conceptuales posteriores. La guerra, y la violencia, ocuparon un lugar central en el estudio detallado de sus reglas. Este trabajo intenta presentar algunos puntos nodales que intentan avanzar en la respuesta a esta pregunta: ¿Cabe la analogía de la guerra con la lucha de clases? En este sentido el trabajo se limita a señalar los ejes de este debate sobre la base de una relectura de dos clásicos. Sun Tzu y su Arte de la guerra, y varios textos de Engels. La hipótesis sostenida en el trabajo es que la lucha de clases, como momento político, encierra la posibilidad de la guerra sólo como un momento del antagonismo. El conocimiento de esas reglas potencia la capacidad de resolver de manera victoriosa el enfrentamiento, pero no es su contenido. Fijar el antagonismo como guerra es hacer de la lucha un militarismo que soslaya la construcción de una fuerza capaz de dar ese enfrentamiento directo. Intentaré mostrar cómo este debate señala puntos relevantes para entender las líneas políticas a finales de los sesenta en la Argentina.