La Inocuidad Alimentaria trata lo relativo a asegurar que el producto no causará ningún daño al consumidor. La calidad se refirió tradicionalmente a características intrínsecas de un producto que lo definen y que tienen significación en la determinación del grado de aceptabilidad por parte del comprador.
Hoy se habla de calidad ampliada para lo que debe sumarse a las características del producto la capacidad de dar respuesta a las expectativas del cliente. Este cliente en el exterior es generalmente un supermercado o un mayorista al que hay que satisfacer día a día. En una palabra, la calidad está determinada por el consumidor y no por el producto. Hoy se habla de trazabilidad o rastreabilidad cuando nos referimos al seguimiento de toda la cadena de un producto, desde su producción primaria hasta la venta al menudeo y la identificación de transformaciones, agregados y actores a lo largo de la misma. A todo ello le debemos sumar necesariamente la sanidad, fitosanidad en nuestro caso de frutas frescas.
Estos son algunos de los campos de acción en los cuales el SENASA en mayor o menor medida, necesitamos que se desempeñe exitosamente.