En los años de “transición democrática” en Argentina, se instauró un rechazo tajante –a diferencia de otras transiciones democráticas - a la “última dictadura militar”. Este rechazo venía de la mano de una revalorización de la “democracia” y del estado de derecho. Pero no sólo había un rechazo “fundante” al terrorismo de Estado sino a cualquier tipo de violencia. En realidad, las dicotomías que organizaban, de modo predominante pero no único, el espacio de representaciones políticas tenían formas de este tipo: por un lado violencia, autoritarismo, antagonismo, visión de la sociedad como guerra; del otro, democracia, consenso, estado de derecho, ley, reconocimiento del otro, derechos humanos.