Los movimientos sociales urbanos contemporáneos que enmarcan sus acciones en las naciones latinoamericanas se aúnan alrededor de reclamos diversos, pero coincidentes en la búsqueda del cumplimiento de derechos ciudadanos básicos, y continúa siendo el Estado su interlocutor principal. Despliegan una amplia batería de repertorios de protesta, innovando en métodos y formas de visibilizar los reclamos, y en su mayoría mantienen una fuerte ligazón local. A su vez, presentan un amplio grado de interacción con pares transfronterizos, evidenciando la repetición de necesidades en varios puntos de la región, a la vez que ciertos puntos de contacto que hacen posibles esos intercambios.