A partir del examen de su producción, desde sus comienzos en 1973 y hasta el año 2008, se propondrán los modos en que Cohen articula teóricamente los contactos interartísticos, los procedimientos con los que la música ingresa en su literatura y un itinerario narrativo/musical que comienza con su primer libro de cuentos, Lo que queda (1973), cobra fuerza y mayor expansión en 1984 con El país de la dama eléctrica, culmina en su novela Impureza (2007) y tiene su ápice en El oído absoluto de 1989. La crítica sobre el autor, si bien ha señalado —aunque excepcionalmente— la importancia de la música en algunas de sus novelas, no ha abordado el tema que aquí proponemos desde una perspectiva general que tenga en cuenta tanto las diversas instancias de la presencia musical en toda su obra narrativa, como las relaciones entre producción crítica y ficcional. Tampoco ha precisado los mecanismos y las motivaciones posibles de su inscripción.