En esta ponencia nos centramos en el análisis del campo de gestión de los programas sociales de empleo y de transferencia condicionada de ingresos. Dichos programas se inscriben en el marco de las políticas sociales y se encuentran enmarcados en los lineamientos que han tenido lugar con la redefinición del rol del Estado a partir de los ochenta, período en el cual se registran los indicadores de empobrecimiento de la población, la crisis financiera de la seguridad social y la caída del peso político y económico de los sindicatos. Las políticas sociales a partir de los 80 y fundamentalmente durante los 90 cumplieron un rol asistencial y compensatorio de las inequidades desencadenadas por los efectos de la implementación de políticas de ajuste de índole macroeconómicas. La concepción es la de contención de aquellos grupos socialmente más vulnerables. Se trata de políticas que no constituyen redes de seguridad sino operaciones focalizadas. El financiamiento de muchos de estos programas focalizados fue realizado por organismos de crédito internacionales. El monto gastado en los programas de empleo y de transferencia de ingresos, ha sido muy bajo en relación con la magnitud del problema laboral de la Argentina así como en comparación con los recursos asignados en los países europeos y en algunos de la región (Golbert, 1999). Estos programas y planes se constituyeron en estrategias asistenciales que no generaron trabajo genuino, sino respuestas transitorias, acotadas y paliativas de la situación del desempleo y las problemáticas concomitantes.