¿Cómo mapear los procesos de construcción de las organizaciones de mujeres, feministas, lésbicas y trans? Frente a esta pregunta disparadora, consideramos importante recuperar algunas premisas teóricas que emergen de estudios sobre los movimientos sociales (MS) que resultan posibles puntos de partida para iniciar el camino de nuestra investigación.
El estudio de los movimientos sociales inicialmente fue abordado desde perspectivas muy diferentes y en ocasiones antagónicas. En la actualidad se reconoce una síntesis que presta especial atención a tres grupos de factores: 1) la estructura de oportunidades políticas y las constricciones que tienen que afrontar los movimientos sociales; 2) las formas de organización (tanto formales como informales) a disposición de los miembros de los movimientos; y 3) los procesos colectivos de interpretación, atribución y construcción social que median entre la oportunidad y la acción. Estos tres factores convencionalmente hacen referencia a: oportunidades políticas, estructuras de movilización y procesos enmarcadores. Obras colectivas como las editadas por McAdam, McCarthy y Zald (1999) e Ibarra y Tejerina, (1998) muestran claramente esta tendencia.
Las oportunidades políticas hacen referencia a la importancia que reviste el sistema político — considerado de forma general — al momento de presentarse las oportunidades para la acción colectiva. Se pretende captar su influencia sobre la extensión y forma adoptada por los movimientos sociales.