Las personas pasan cada vez más tiempo conectados a Internet. Desde su casa, lugar de trabajo o a través de sus teléfonos móviles, consumen información, hablan, generan contenidos, los comparten y consumen. Los medios sociales ocupan un gran porcentaje de ese tiempo, por lo que hoy en día representan un importante canal de comunicación y comercialización.
Nadie debiera quedar exento de esta nueva realidad; menos los destinos turísticos. Los canales online ya son una importante herramienta para localizar segmentos de mercado específicos, generar diálogo con los turistas e intervenir en el mismo, testear productos e imagen, conocer los gustos, preferencias y características de la demanda.
El nuevo desafío para los destinos es generar contenido de valor. La presencia no garantiza el éxito y la competencia por captar la atención de las personas en Internet es cada vez más grande, de allí que los destinos deberán entender los segmentos de demanda a los cuáles se dirigen: cómo se comportan, qué consumen, qué los motiva y emociona, cómo hablan, en qué canales, qué contenido es de valor para ellos y pueda influir en la decisión de viaje.