La singular preocupación de Jorge Luis Borges por la identidad argentina en las primeras décadas del 1900 puede ser retomada desde dos puntos de partida. Uno, esencialmente lingüístico, relacionado con la problemática idiomática de su país natal: el idioma de los argentinos. El otro, de índole sociocultural, vinculado al espacio y a la vida de los personajes que, en algunas décadas anteriores, habitaron el Buenos Aires periférico: el arrabal y sus compadres. Y es en ambos puntos que el presente trabajo debate sobre la influencia de Rafael Cansinos Assens, su admirado y estimado maestro, en los textos juveniles del argentino. Influencia que es perceptible tanto en los estudios borgeanos sobre las posibilidades y trampas del lenguaje, posiblemente alentados en las discusiones de las tertulias del sevillano (y en el ultraísmo fugaz de ambos escritores), como, especialmente, en las consideraciones de Cansinos Assens sobre el suburbio en su particular texto “El arrabal de la literatura”