Partiendo de las raíces de la institución ”Café” en España, su relación evidente con las tertulias literarias y su manifestación ejemplar en el Café Gijón en Madrid, me centro en la historia de la Confitería del Molino en Buenos Aires y el papel de ese café como plataforma para el intercambio artístico e intelectual. Teniendo en cuenta el estudio de Monterde sobre el desarrollo y las reconstrucciones de algunos Cafés de Barcelona, me interesa plantear una alternativa a ciertas reconstrucciones artificiales, donde se pretende “conservar” los lugares de memoria. Recurro entonces al concepto “ideas literarias del café” las cuales “se hacen cargo de su historia para constituir el secreto del presente” (Monterde, 2007: 467). Basándome también en A. Assmann y sus estudios en el área de la “memoria”, trataré de determinar en qué medida se podría consagrar el Molino como testimonio de un discurso intelectual fundacional y como vinculo entre memoria e identidad, es decir como parte integrante del patrimonio cultural material de la Capital y, a la vez, del patrimonio inmaterial de Argentina