A partir de 1970 se evidencia un cambio en el contenido de los cantos de cancha convirtiendo a la muerte simbólica del "otro" en un tópico recurrente en este tipo de discursos (Archetti, 1985). A partir de entonces se generaliza la práctica de entonar cantos que expresan prejuicios basados en la pertenencia étnica, nacional, sexual o de género. Las investigaciones desarrolladas dentro del marco de la Teoría de la Identidad Social (Tajfel & Turner, 1979) demostraron experimentalmente que la competencia inter-grupal por recursos subjetivos es condición suficiente para el desarrollo de prejuicios, ya que los individuos tienden a maximizar las diferencias inter-grupales con el objetivo de mantener una identidad social positiva. Los resultados preliminares del análisis de registros audiovisuales de la performance de varias hinchadas indican que mediante el aliento los simpatizantes establecen una identidad social positiva a través de la celebración del “nosotros” y la discriminación. Mediante el estudio de los cantos de cancha en una dimensión sincrónica y diacrónica es posible realizar un mapa de la discriminación en el fútbol y analizar la forma en que se han naturalizado prácticas discriminatorias y discursos prejuiciosos a lo largo del tiempo.