Nos encontramos ante el desafío de dar respuesta a los malestares de la época. El uso de la tecnología ocupa el centro de la escena en la cotidianeidad de las personas y los lazos que se establecen por medio de ella se hacen escuchar. El encuentro con la clínica comienza a tener otros matices.
El presente escrito se inscribe en la investigación que realizo en el marco del Doctorado en Psicología de la Universidad Nacional de La Plata, titulada “El cuerpo desde una perspectiva psicoanalítica en identidades virtuales creadas por adolescentes”.
La propuesta de este trabajo es la exploración de las relaciones en la red a partir de la creación de identidades virtuales. Planteo la idea de una promesa digital que consiste en el franqueamiento de ciertos límites, lo imposible parece estar allí al alcance de la mano.
El tiempo es tiempo real y el espacio no es euclidiano. El sujeto puede desconectarse ante cualquier malestar. El creador de una identidad virtual puede elegir la edad, género y apariencia de su personaje dando lugar a todo un despliegue de la fantasía. Pero lo virtual porta el estigma de su inadecuación, surgen quiebres y fisuras. Clínicamente aparece la queja.