La valoración del cuento como género responde, tanto en Ignacio Aldecoa como en José María Merino, a la búsqueda por el sentido de la individualidad. Bajo la mirada testimonial del niño de guerra, el uno, y experimentando el tránsito del franquismo a la democracia, el otro, el acto de escritura evidencia en ambos autores la crisis del sujeto en su intento por entender su entorno. El sentido que cobra esta reflexión en los cuentos se traduce en un concepto de literatura que intenta dar respuestas al (los) modo(s) en que habría que relacionarse con la realidad.
Propongo revisar y confrontar ambas propuestas, a partir del análisis de dos cuentos: La fantasma de Treviño. Cuento regional, triste y falsificado, de Aldecoa, y El nacimiento en el desván, de Merino. He seleccionado estos dos, porque considero que sintetizan de manera clara el desarrollo de sus poéticas: la comprensión y el sufrimiento del dolor en el primero, y el cultivo de lo fantástico en el otro, como evasión de una realidad tormentosa.