El pensamiento nacionalista catalán, desarrollado desde mediados del siglo XIX, más allá de algunas rasgos diferenciales, ha coincidido en aceptar que en sus orígenes Cataluña había constituido una forma de estado independiente que incluía un amplio territorio de habla catalana integrado por una parte de Francia, el Rosellón, la región valenciana y las Islas Baleares, unido dinásticamente a Aragón, región de habla española, formando todo ello la Corona Catalano- Aragonesa o Corona de Aragón. De esa manera en Cataluña el problema de la autonomía, que aún sigue definiendo varias de las opiniones y discusiones centrales sobre la cuestión, tiene una dimensión histórica, donde ha abrevado el pensamiento catalanista: Cataluña, de esa manera, “merece” su autonomía por ser históricamente diferente a España, desde sus orígenes.
Desde un punto de vista cultural, el nacionalismo catalán promueve el uso de la lengua catalana en todos los ámbitos de la vida social de Cataluña, a un nivel superior a la lengua castellana, entendiendo que el catalán es la lengua propia de Cataluña. Además, defiende el derecho a utilizar la lengua catalana tanto en las instituciones españolas como europeas, con base en su cantidad de hablantes y a su tradición literaria e histórica. Los nacionalistas e independentistas catalanes denuncian que Cataluña está sometida a un agravio económico por parte del Estado, debido al déficit de la balanza fiscal para Cataluña, entendiendo que Cataluña recibe mucho menos de lo que aporta en concepto de impuestos. Por esas razones, Cataluña viene reclamando históricamente un mayor nivel de autogobierno para Cataluña, tanto desde el punto de vista legislativo como ejecutivo, judicial, cultural y económico.