La salida de los Militares en 1990 marcó el fin de un ciclo de violencia en Chile, sin embargo la transición que inició el Gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994) fue signo de continuidad del aparato estatal legado por el régimen del Gral. Augusto Pinochet. Por añadidura, el pacto político sellado con el plebiscito de 1982 confirmó la estructura institucional elaborada durante el período represivo (1973 y 1990), limitando la institucionalización democrática, sobre todo en relación a la historia social y la memoria de aquella historia vivida en el ciclo anterior a 19733 . En consecuencia, una parte del pasado quedo negado por la nueva vida democrática que emergía con los gobiernos de la Concertación.