El acotado estudio emprendido aquí focalizará en las prácticas de lectura que realizan alumnos de 5º y 6º grado de escuela primaria en el entorno de bibliotecas virtuales en dos situaciones didácticas diferentes. El propósito último de este trabajo de campo es contribuir a la construcción de conocimiento sobre los procesos cognitivos que realizan los alumnos en las prácticas de lectura en dichos entornos y su relación con las condiciones de enseñanza. ¿Por qué prácticas de lectura en bibliotecas virtuales ejercidas en la escuela? A propósito de la reapertura de la milenaria Biblioteca de Alejandría, Umberto Eco (2003) ofreció una conferencia en la que se refirió a tres tipos de memoria. La memoria orgánica, la de carne y sangre que administra nuestro cerebro. La memoria vegetal, representada por los primeros papiros y los libros hechos en papel. Y la memoria mineral, conocida por la humanidad bajo dos formas: encarnada hace miles de años en las tabletas de arcilla y los obeliscos en los que se tallaban toda clase de escritos; y la memoria electrónica de las computadoras hechas de silicio. Vegetales o minerales, nos dice Eco, las bibliotecas se proponen guardar nuestra sabiduría colectiva, constituirse en una especie de cerebro universal donde podamos recuperar de un modo sistemático lo que hemos olvidado y lo que todavía no conocemos. La idea de conservar material informativo y recursos de conocimiento en espacios seguros data de la época de los sumerios. Derrida (1997) afirma que desde el momento en que los seres humanos descubrieron la manera de mantener significados a través del tiempo y del espacio han sufrido la “fiebre de archivos” o el impulso de preservar un pasado cultural e histórico a través de la tradición oral y las tecnologías literarias. Hoy los desarrollos tecnológicos van aumentando las posibilidades de preservación del conocimiento, al mismo tiempo que amplían las coordenadas espaciales y temporales para difundirlo.