El último libro de Javier Cercas, Anatomía de un instante (2009) se presenta como un particular caso de intervención en los debates por el sentido del pasado reciente en España, cuyo análisis se verá necesariamente atravesado por una perspectiva intermedial. La portada del libro invita al lector a detenerse sobre la imagen borrosa de un fotograma, un cuadro extraído la grabación televisiva de la toma del Congreso por parte del teniente coronel Tejero y sus hombres el 23 de febrero de 1981. El libro, a partir de esa imagen congelada, intenta releer la transición y su significación en la escena del presente, deteniéndose en los gestos, implicancias y suposiciones, a partir de una serie de operaciones sobre el propio estatuto de su escritura y su imagen de escritor, superponiendo en su cierre los espectros de la memoria pública a aquellos de la memoria individual. El presente trabajo ensaya un primer acercamiento al texto, pensando su lugar en la encrucijada de la literatura, el mercado y los debates públicos y en torno a la cuestión de la memoria (y la posmemoria).