Para los que enseñamos Historia, y creemos que todavía es importante enseñarla a niños y jóvenes, la tarea parece más difícil. Hoy más que nunca debemos dar cuenta del sentido que tiene esta actividad: ¿contribuye a generar una mirada crítica sobre la realidad o prima una visión estereotipada del conocimiento histórico que no posibilita aprendizajes relevantes? Esta problemática es compartida en otros países del Cono Sur por profesores e historiadores. Es el caso de la Profesora uruguaya Carmen Appratto Davison, quien enfoca su investigación sobre los libros de texto, las imágenes de nación y sociedad que presentan y la relación que esto tiene con las crecientes dificultades de los alumnos para el aprendizaje de esta disciplina.
Se menciona, entre otras, la dificultad para comprender los procesos históricos y la multicausalidad, así como la presencia de visiones anacrónicas y maniqueas. Con los aportes de la psicología cognitiva, de la psicología social (Moscovici y su escuela) y la obra de Juan Delval, la autora enuncia posibles causas de aquellos problemas –la edad de los alumnos, el grado de complejidad y abstracción de la disciplina, los contextos culturales de donde provienen–, pero pone el acento en las representaciones acerca de la Historia que imperan en la sociedad en la que viven y que son trasmitidas por las instituciones educativas.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)