El exilio es el tema central de los diarios de Max Aub publicados en vida del autor: Enero en Cuba (1969) y La gallina ciega (1971). La ponencia aborda el primero, del que apenas se ha ocupado la crítica aubiana y que da cuenta de los casi dos meses vividos en la isla, invitado a participar en el Congreso Cultural de La Habana de 1968 y ser jurado de teatro del premio anual de la Casa de las Américas; sin embargo, el paisaje cultural cubano no es más que un telón de fondo. El congreso de 1968 deviene disparador para la memoria ―en este caso, enfocada sobre todo en el Congreso de Intelectuales Antifascistas de 1937― y la reflexión sobre su construcción, preservación y usos ―dentro y fuera de España― en las casi tres décadas de exilio. A su vez, el evento cultural sirve como punto de confluencia tanto de intelectuales españoles exiliados en otras zonas geográficas como de aquéllos sometidos a lo que cierta crítica denominó “exilio interior” o “insilio”, concurrencia en que se establece un vínculo entre la obra y el antes citado diario español, La gallina ciega.