Esta obra se ha convertido en un referente de consulta ineludible tanto en la psicología como en la educación, al aportar un enfoque global de la crisis de la escuela secundaria y de la situación del alumno adolescente en las condiciones que proponía la posmodernidad. Las menciones que se hacían del libro estaban orientadas, en su gran mayoría, a reconocer en el tema de la posmodernidad lo especialmente significativo. Sin embargo, su aporte más novedoso fue la crítica que efectuó a los duelos de la adolescencia, postulados en su momento por Arminda Aberastury como procesos inherentes al pasaje por esta etapa evolutiva. El planteo instaló la reflexión acerca de si hay lugar para los duelos en la posmodernidad, lo que fue una novedad para el tratamiento clásico de la adolescencia y su psicología evolutiva, pues lo que define a esta última es la posibilidad de universalizar características que se manifiestan con regularidad en una misma franja etaria. El texto de Di Segni vino a cruzar las variables de la época con su supuesto continuum, en este caso los duelos, revelando nuevas maneras de ser, en sentido psicológico, tanto joven como adulto.