Los Epistolarios representan una fuente riquísima de noticias acerca de su autor. Cuando el corresponsal es un escritor, cada una de las cartas es, además, una pieza literaria donde el artista se construye a sí mismo en ese diálogo aplazado en el tiempo y el espacio que, a su vez, constituye una verdadera poética. Dado su carácter de privada (solamente está dirigida a un destinatario preciso), la carta expone una intimidad que resulta muy ilustrativa del ideario de quien escribe.
El Epistolario de Antonio Machado en la magnífica edición de Jordi Doménech (Barcelona, Octaedro, 2009) es un verdadero documento que permite adentrarse no solamente en la personalidad del autor ─que se va modulando en cada una de las misivas, según la época y el destinatario─ sino un verdadero inventario del pensamiento estético y político del poeta y un complemento ineludible de su obra en prosa y en verso. El propósito de este trabajo es relevar en las cartas de Machado su idea de España ─tan cara a la Generación del ’98─ y la evolución que va sufriendo, a la luz de los sucesos históricos y de los avatares personales del escritor.