En los últimos años la sociedad argentina ha atravesado profundas transformaciones al interior de un contexto de integración al orden global, dando lugar a nuevas modalidades de producción económica y cultural local.
En un contexto de producción cultural de mayor reflexividad y de búsqueda de identidad a partir de los consumos culturales, enmarcado en un proceso global de producción económica y cultural, se ha conformado un nuevo trabajador cultural. Es el caso de los nuevos ‘trabajadores del design’ según Featherstone, que combinan estrategias económico productivas con producciones culturales artísticas generando signos y símbolos en torno al diseño, dando forma a objetos distintivos cargados de una identidad e impronta estética singular, en un espacio social que redefine a los diseñadores como productores culturales.
En este entramado se configuran los jóvenes diseñadores independientes, jóvenes trabajadores emergentes en un contexto de crisis local, cuya dinámica y participación nos interesa conocer por su impacto en la sociedad, en el campo cultural y en la propia cotidianidad, al interior de una cultura visual posmoderna, en la cual el diseño interviene los objetos brindándoles valor simbólico incorporado a la vida cotidiana, y a la estética de la misma.