La juventud es un estadio de la vida histórico, social y complejo de definir. Partiendo de la apariencia física, de datos medibles como el etario y las expectativas biológicas de vida, tematizando los derechos y las obligaciones de los jóvenes, y llegando a calificaciones de la juventud tales como la de racional y la de irracional, desde diferentes campos del saber, religioso y artístico, la juventud fue y es depositaria de características poco definitorias y claras.
En una época como la actual, posmoderna desde lo cultural, postindustrial desde lo económico, ante la anunciada pérdida de valores y caída de los grandes relatos, la falta de autoridades lleva a los jóvenes a identificarse en la industria cultural. Desde esta perspectiva, el joven es un consumidor nato quien ve en las mercancías culturales, objetos atrayentes que hacen uso de una interpelación de igual a igual, como en ningún otro orden institucional se percibe.
En este escenario, la aparentemente superada cultura de la imagen resurge. Contrariamente a la famosa sentencia “La imagen no es nada” propuesta desde una publicidad de gaseosa, podemos remitirnos a incontables referencias a la imagen para afirmar una constante estereotipación de la juventud, en la televisión.
Este trabajo explorará singulares casos de figuras televisivas, formatos y publicidades que interpelan a los jóvenes a partir de la idea de la juventud eterna y prefigurando una idea de lo joven actual a través de la imagen. De allí, pretendemos indagar el proceso de construcción de estos mensajes a la luz de la conciencia de época antes descripta.