Todas las profesiones reguladas disponen de un marco ético, en el cual se plasman una serie de principios que deben cumplir todos los agentes que ejercen esa profesión. Es más, ese marco ético existe sin ninguna discusión entre sus miembros acerca de su necesidad o presencia. Es, de este modo, aceptado y valorado. Pero lo cierto es que en el ámbito publicitario sí existe una amplia discusión acerca de la necesidad de unas normas éticas que regulen la profesión.
Antes de comenzar con este análisis, es necesario que definamos qué es la ética.
Simplificando, podemos decir que la ética es lo que nos permite discernir entre lo bueno y lo malo, tarea que tiene una connotación importante para el hombre, la responsabilidad de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto y la de elegir la opción adecuada. En definitiva, y siguiendo una sabia frase de Fernando Savater que resume muy bien lo que es la ética, podemos decir que “a ese saber vivir o arte de vivir si prefieres, es a lo que llaman ética”, una ética que es el resultado o, mejor dicho, la consecuencia, de la libertad del hombre y de su necesidad y obligación de elegir constantemente.