El teatro comunitario tiene como eje principal dentro de su discurso la recuperación de la memoria y la identidad de un barrio, un pueblo o una ciudad. Es una práctica hecha por vecinos de un determinado territorio, no profesionales del teatro, que a través de esta expresión artística buscan traer el pasado al presente. La obra teatral se construye a través de testimonios, anécdotas, experiencias de los propios vecinos, y eventualmente se utilizan documentos como archivos, fotos o libros. La estrategia de construcción de la pieza comienza con el armado de fotos (una imagen congelada que muestra una situación) e improvisaciones, que luego se transformarán en escenas de la obra. Todo ese material es procesado y revisado por los directores de los grupos, quienes dan forma de guión al texto y pulen las técnicas actorales de los vecinos.