Teniendo como eje tres expresiones hernandianas entre 1934 y 1937 (“casta y sencilla”, “Liebre libre y loca”, “esposa de mi piel”) se reflexiona sobre los distintos estadios por los que pasa la poesía amorosa de Miguel Hernández desde la despreocupada de los primeros tiempos hasta la amarga y dolorosa de los últimos, pasando por los que expresan la pasión que lo atenazó durante el corto período de su ruptura con Josefina Manresa.