Mediante lo acontecido en Auschwitz, Arendt expresó que el surgimiento del totalitarismo en el siglo XX hizo que la sociedad moderna se enfrentara a un tipo de «mal» extravagante, a saber: un «mal radical», expresión originariamente kantiana que desde la perspectiva de Arendt perderá el sentido que el filosofo le otorgó.
La originalidad de los crímenes cometidos, su justificación y los métodos empleados bajo dicho fenómeno dificultan nuestras posibilidades de explicación. Debido a que el «terror total» en tanto esencia del gobierno totalitario subvirtió su propia utilidad política ya que los crímenes a gran escala, las políticas de persecución nazi, las prácticas pseudocientíficas de extrema crueldad con los prisioneros, etc., constituyen un conjunto de acciones sin precedentes en la historia. Pues, el grado de crueldad desplegado en el Lager careció de fin utilitario alguno. Incluso la “maquinaria” puesta en funcionamiento y los recursos utilizados para cometer dichas atrocidades atentaban contra los intereses del pueblo alemán. Lo cual, además, deja al descubierto todo intento de llegar a comprender los motivos presentes en las personas que cometieron dichos crímenes e incluso aceptar algún tipo de castigo “legal” para las mismas.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)