La intención de este trabajo es abordar la perspectiva elaborada por Ernesto Laclau, en tanto en ella es dable hallar un punto de vista que se enraíza en el singular terreno del “pensamiento post”, pero presentando una versión más compleja y matizada del mismo, la cual no sólo apunta a la construcción de un conocimiento científico sobre lo social (en lugar de reducir todo conocimiento a juegos inconmensurables entre sí), sino que a la vez pretende vincular a ese particular saber con la práctica política (rechazando así a las perspectivas “pospolíticas”). Todo esto dentro del marco más general que brinda el pensamiento “post” y su particular manera de criticar a los “grandes relatos”, entendiéndolos como asentados en alguna forma de esencialismo que funge de base sobre la cual erigir pretensiones normativas. Sin embargo, aun cuando consideramos a esa crítica como un elemento a rescatar del pensamiento de Laclau, en él se hace de este rechazo al esencialismo una inversión del mismo; en efecto, su posición es “exactamente la opuesta” a la de las perspectivas normativistas, pero la de un opuesto especular que conduce a un nuevo esencialismo, sólo que esta vez negativo. Éste es el punto fijo (no contingente) que sostiene y pone en movimiento al conjunto de su sistema teórico.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)