A partir de algunas reflexiones en torno a nuestra experiencia en la práctica de Filosofía con Niños realizada en la Escuela Anexa Joaquín V. González durante el año 2009 y 2010, nos proponemos explorar ciertas cuestiones que conciernen a la relación de la filosofía con los procesos de enseñanza y aprendizaje. Nos focalizaremos principalmente en el rol del docente e intentaremos dar cuenta de lo que consideramos su condición paradójica, resultado de ciertas tensiones que se dan entre la formación que ha recibido en el ámbito académico universitario para convertirse en profesor de filosofía y las prácticas que se espera que despliegue en el ámbito de la Filosofía con Niños. Desde esta perspectiva, intentaremos señalar algunos puntos de inflexión que nos permitan problematizar y revisar las nociones tradicionales de enseñanza y aprendizaje.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)