La presente investigación busca problematizar desde un punto de vista filosófico el asunto de la moda. A partir de la premisa de que los fenómenos culturales no son independientes de los saberes y discursos que los recortan y dotan de sentido, el trabajo considera, en primera instancia, la forma en que la moda emerge como problema de estudio. Dado, sin embargo, que los discursos sobre la moda se trenzan de manera densa y compleja con prácticas sociales, la investigación examina en un segundo momento la forma en que unos y otras se articulan y soportan, produciendo complejos dispositivos (o “artimañas”) cuyos efectos se caracterizan por domeñar el cuerpo. Desde esa perspectiva, la moda se presenta como un enclave a partir del cual se producen distintas prácticas de poder en torno al cuerpo vestido. Así, las prendas aparecen teorizadas como dispositivos de disciplinamiento corporal, al tiempo que como herramientas de gestión de la vida social. Por último, tomando en cuenta que, como lo indican entre otros Michel Foucault y Judith Butler, las normas no alcanzan a conformar de manera acabada a los sujetos y los cuerpos, la tesis discute en un tercer momento las posibilidades del estilo, entendido como forma de desacato crítico de las normas corporales promovidas por la moda. Se trata, en síntesis, de realizar una genealogía de la moda, si por genealogía se entiende, con Foucault, la labor crítica dirigida a mostrar de qué manera las supuestas “verdades” (en este caso las “verdades” del cuerpo) son en realidad el resultado de una serie de dispositivos que se dedican a producirlas.