En los últimos años un tema de creciente interés en el debate ético- político se refiere a la atribución de derechos a los grupos minoritarios en las democracias occidentales. La manera tradicional de concebir los derechos, anclada en el iusnaturalismo moderno, ha sido entenderlos como derechos individuales. Sin embargo, esta tesis viene siendo cuestionada con el argumento de que los derechos individuales son insuficientes para proteger la existencia de minorías étnicas o culturales inmersas en una cultura hegemónica que les resulta ajena; algunos autores consideran que la herramienta normativa idónea para cumplir con la igualdad propia de un estado democrático es reconocer derechos de grupo, mientras que otros objetan que este tipo de derechos puede, en algunos casos, lesionar los derechos de los individuos. A nuestro entender ambas posiciones acarrean problemas éticos y políticos. Nuestra propuesta intentará defender una posición intermedia que, sin violar los derechos individuales, acepte ciertos derechos grupales.